Sacando algunas conclusiones tentativas y sumamente provisionales de los gráficos desarrollados por José Manuel, centradas en el ámbito rural:

Tradicionalmente el PSOE de Andalucía ha conseguido mayores apoyos en las zonas rurales (independientemente del tipo de comisión electoral) y la relación es casi perfecta: a mayor grado de urbanización, menores apoyos electorales.Y no sólo eso, la participación electoral también se ha encontrado interrelacionada con el nivel de urbanismos (Trujillo y Ortega, 2015).

Teniendo en consideración estos dos factores y los datos de participación de las 14:00, todo hace pensar en una disminución de los apoyos electorales del PSOE en estos comicios, al menos en las zonas rurales. Son las zonas rurales las que mayor diferencial de participación presentan en 2018, tradicional caladero de voto duro del PSOE y cuya interrelación (abstención-urbanismo) ha tenido una evidencia estadística en la pérdida de apoyos desde la década de los noventa.

A diferencia de las elecciones de 2015, Podemos ha logrado entender la especificidad de Andalucía y la fuerte implantación de la que dispone IU en las zonas rurales, así como la necesaria autonomía de la formación en la captación de su voto más duro.

Las dos almas de Adelante Andalucía, que balancea entre las zonas rurales a favor de IU y zonas urbanas en las que sale favorecido Podemos, le otorgan una importante ventaja estratégica y una mayor capilaridad que en los pasados comicios. Veremos si son capaces de que la coalición sea, por fin, una suma de ambas fuerzas.